El pasado sábado, la sociedad banileja fue sorprendida con la infausta noticia de la muerte del empresario Rafael Perelló, presidente de Industrias Banilejas INDUBAN, considerada la procesadora de café más importante de la República Dominicana.
A don Rafael le vamos a recordar por sus aportes al desarrollo de una cultura de exportación, y la calidad de los productos que ha ofrecido su empresa a nivel nacional e internacional. Y en virtud de su compromiso social, y aportes a los consumidores por más de 70 años, más el empuje innovador y su contribución a la creación de una marca país, recibió el galardón al mérito industrial, otorgado por la Asociación de Industria de la República Dominicana. Sin dudas, su inmaculada trayectoria va más allá de cualquier valoración, en cuanto a su estrecha relación con su pueblo, sus raíces y su gente.
Con ardorosa entrega supo sostener la antorcha para dar continuidad al legado histórico de Don Manuel de Jesús Perelló (don Masú), quien fundó la empresa en el año 1945, hoy fuente de empleo para más de 3 mil personas. Cabe resaltar que Don Rafael Perelló se integró a la compañía en 1958, y desde entonces, junto a sus hermanas Deisy, Noris y Kirsis, estuvo ligado con pasión a la transformación y avances de la empresa. Además era propietario de Cartones del Caribe y Fósforos Relámpago, y un reconocido criador de gallos que deja huellas profundas en el deporte y la cultura.
En este aspecto, resalta cual monumento de amor por Baní, la construcción del centro cultural Perelló, la obra concebida por su padre y que él asumiera con absoluta entrega. Baní llora la partida de Don Rafael Perelló, con la fe de que descansa en la paz del Señor, y la certeza de que su memoria vivirá por siempre en el corazón de su pueblo, de su terruño, fuente primigenia de su inspiración. Hasta luego, hijo meritorio de Baní: tus frutos quedan aquí para ser cosechados por todos los dominicanos.