Lo que ayer era considerado como una bendición hoy es la peor pesadilla para cientos de familias empujadas a vivir a orillas de la inmundicia y la contaminación. Y es que el canal Juan Caballero, otrora fuente de irrigación para cientos de productores agrícolas de la zona, ha sido abandonado y convertido en un vertedero receptor de desechos por los propios lugareños. A esto se agrega la actitud irresponsable de las autoridades que dejaron de cumplir con su deber.
El canal de la zona norte merece ser intervenido, conforme al proyecto de entubamiento que reposa en manos de las autoridades del INDRHI. Un proyecto conocido, analizado y discutido pero que hasta ahora nadie ha asumido. Mientras tanto, en los barrios y sectores de la parte norte de nuestro municipio los moradores pegan el grito por los efectos nocivos de la contaminación. Pero de poco han servido las quejas de los dirigentes comunitarios, ya que el canal continua afectando a niños, jóvenes y ancianos ante la mirada indiferente de quienes tienen la responsabilidad de proteger la salud de los ciudadanos.
Ante los constantes brotes de enfermedades infecto contagiosas, nadie entiende como se mantiene en el corazón de la zona norte este canal abierto. Esperamos la intervención directa del ayuntamiento, del INDRHI, Salud Pública y el Ministerio de Medio Ambiente, para que en unidad se tomen las medidas pertinentes, porque en la zona norte están esperando por una solución urgente.
No es posible que un tema tan delicado sea politizado, utilizado para campañas electorales. Porque se trata de la salud de cientos de seres humanos que malviven en esos barrios marginados de las políticas sociales del Estado. Ojalá sean escuchados y el canal sea convertido en el bulevar que tanto han prometido