En los últimos años la población banileja ha sido estremecida por tragedias desgarradoras donde contamos víctimas mortales a causa de incendios que han consumido viviendas y propiedades. La mayoría de los siniestros se registran en barrios y sectores marginados, con deficiencias en el servicio eléctrico, hacinamiento e insalubridad.
Sin embargo, nadie escapa a la eventualidad de la presencia de un voraz incendio, por lo que todos estamos en el deber de tomar las medidas preventivas para disminuir las posibilidades de accidentes en el hogar, donde se combinan elementos inflamables que hacen que el fuego se propague con facilidad. Obviamente, aunque contamos con un personal de bomberos dispuestos a cumplir con su deber, nadie oculta las precariedades que confrontan.
Lo que más preocupa es la cantidad de fuegos que se registran, sin que se conozcan las causas reales y los culpables de los daños ocasionados, dejando en los afectados el sabor amargo de la impotencia. En ese sentido, siempre se especula sobre las déficiencias del sistema eléctrico, pero no conocemos del primer caso donde se hayan establecido tales responsabilidades.
De ahí el llamado a tomar medidas preventivas en las viviendas, para no tener que pasar por la triste realidad de perder seres queridos, sin obviar las pérdidas materiales que son adquiridas con el sacrificio de años de trabajo. Tomar conciencia, mantener en lugar visible los números de emergencia, y supervisar de manera permanente los cables del tendido eléctrico, pueden hacer la diferencia.