Son tantos los abusos que vienen cometiendo los dueños de las empresas de distribución de electricidad, que ante el poder que ostentan, pocos se atreven a denunciar uno más en la cadena de atropellos que padece el pueblo. Así está ocurriendo con EDESUR, una empresa que debía ofrecer un servicio de calidad, y todo lo contrario, lo que viene haciendo es castigar a los usuarios con largas tandas de apagones y altas facturaciones.
La nefasta y odiosa combinación está irritando a la población, ya que nadie logra entender cómo en medio de tantos apagones pueden llegar las facturas más elevadas, al punto que en humildes viviendas de esta ciudad que hasta ayer pagaban tres mil pesos por un servicio deficiente, hoy despiertan con la sorpresa de un aumento que sobrepasa los ocho mil pesos. A todo esto, la Empresa Distribuidora de Electricidad del Sur, Edesur, no ofrece explicación, dejando a la población con la impotencia frente a la indiferencia de los funcionarios de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, la llamada a garantizar un servicio eficiente, sin que se produzcan atropellos como los que están ocurriendo.
Cómo es posible que en humildes viviendas donde por concepto de alquiler pagan menos de seis mil pesos reciban de golpe y porrazo una factura de nueve mil pesos por un consumo que nadie ha hecho? Esto sólo ocurre en países donde los consumidores están indefensos, sin dolientes que hablen por ellos. Sin embargo, además de las altas facturaciones, y de los tediosos apagones, se agrega la actitud irresponsable de los empresarios dueños de una compañía que no invierte para mejorar las redes de distribución de energía, dejando de lado la reparación y cambio de transformadores, postes que están a punto de caer y una maraña de cables que ponen en peligro la vida de miles de personas que pasan por esta desgracia. De ahí el grito desesperado de muchos comunitarios que amenazan con entregar los medidores o contadores que, al parecer, no sirven para nada, ya que aunque no funcionen por los prolongados apagones, llega la factura más cara a los hogares. Y así, como un castigo eterno, el pueblo está sufriendo por la voracidad de una empresa como Edesur, que golpea y ataca los bolsillos de la población banileja, la que nunca se niega a pagar el consumo real pero que está dispuesta a tomar el camino de las protestas para no dejarse estafar.