Los fundadores de la nación dominicana, reconocidos como Los Trinitarios, sustentaron sus ideas libertarias en la fe cristiana. Así se puso de manifiesto en el juramento, concebido como el paso previo a la aceptación de sus miembros, bajo el lema: Dios, patria y libertad, que junto a la definición de los colores de la bandera nacional, muestran la pureza de los principios que dieron origen a la República. Nadie puede ignorar el fundamento de la dominicanidad, cuyo gentilicio proviene de la Orden de Los Dominicos, y que sella de forma irrefutable con la Biblia abierta en el Escudo Nacional. Somos una nación que eleva como estandarte el conocimiento de la verdad, presente en el Evangelio según San Juan.
Sin embargo, a pesar del legado histórico, del sacrificio de Los Trinitarios y del respeto que guarda la mayoría del pueblo a los valores cristianos, vivimos bajo el asedio de malos ciudadanos que pretenden convertir la nación en una especie de Sodoma y Gomorra, planteando legalizar el aborto, aceptando como normal el matrimonio entre parejas del mismo sexo, introduciendo la ideología de género al currículum escolar y promoviendo sacar el escudo de la bandera nacional, entre otras aberraciones propias de las antiguas naciones de las que se habla en Las Sagradas Escrituras.
¿Serán Sodoma y Gomorra los pueblos que buscan imitar? La Biblia refiere que los habitantes de ambas demarcaciones habían traspasado los límites aceptados por la cultura del pueblo de Israel, en materia sexual y de relaciones humanas. Había una carencia absoluta de amor al prójimo, y sostenían prácticas abominables ante los ojos de Dios. Allí se levantó un hombre llamado Lot, con la misión de revertir las malas conductas, pero sus prédicas no tuvieron éxito, por lo que Dios dispuso el severo castigo del exterminio de la población. En el Nuevo Testamento, en el libro de Judas, Capítulo uno, versículo siete, se arroja luz sobre el tema. Obviamente, lo que estamos viviendo conduce a preguntar: ¿Hasta dónde se pretende llegar? Esto, a propósito del anuncio de que el primero de noviembre van a realizar una actividad en honor a Lucifer. Desde hace varias décadas se escuchan historias de cultos satánicos, donde ofrecen sacrificios humanos. Sin embargo, hasta la fecha, nadie se había atrevido a tanto, en un pueblo de origen cristiano. Ojalá que desde el gobierno pongan freno a las acciones que se están presentando, porque comenzamos a sospechar que existe un plan para sodomizar al pueblo dominicano. Y eso no lo vamos a tolerar.