La soledad se apodera del balneario Punta Salinas en medio de la celebración de semana santa, cuando el país y el mundo se encuentran atrapados en la pandemia del Covid-19.
Tradicionalmente las playas en semana santa, han sido lugares obligatorios, pero ahora con la presencia del coronavirus, que es social y que gusta de las aglomeraciones para su contagio, ese tradicional asueto en los balnearios no está permitido.
La semana santa de la fecha, se conmemora, en un estado de emergencia nacional, con limitaciones que incluyen toques de queda.
Más que nunca los feligreses tendrán que concentrase en sus casas, porque ni en las iglesias se permite agrupación de personas.
Por primera vez en la historia, religiosos, parroquianos de centros de diversión y bañistas, coincidieran en un recogimiento hogareño obligatorio.
En Punta Salinas están dadas todas las condiciones para hacer un relato que implique una cuarentena de soledad, que aunque menor que los “cien años de soledad” de Gabriel García Marquez, no nos hace olvidar, “el amor en tiempos de cólera”, para entonces inspirarnos en escribir, lo que pudiera ser, “semana santa en tiempo de coronavirus”.