La provincia Peravia viene reclamando desde hace décadas que se le atienda, que se le preste atención y se resuelvan las prioridades que se constituyen en necesidades puntuales.
Han sido tantos los problemas que se han acumulado que en ocasiones pensamos que desde el estado se han olvidado de nuestro pueblo.
De hecho, desde el más humilde hasta el más encumbrado de nuestros munícipes, conoce el rosario de obras que durante décadas están en carpeta para ser prometidas por quienes aspiran a ocupar posiciones públicas.
Son las obras de siempre, las prometidas y las que se agregan a una lista que crece sin que las realizaciones se perciban.
Sin embargo, las menudas obras, las que lucen intrascendentes para muchos funcionarios del gobierno, son de vital importancia para los comunitarios. De ahí que saludamos la disposición de dotar de agua potable a la comunidad de Galeón, una pequeña población que sufre en carne viva la falta del preciado líquido.
El hecho de que se les construya el acueducto que ha sido el motivo de sus luchas, abre las puertas de la esperanza en esa y otras comunidades que han sido marginadas por quienes llegan a los cargos con la encomienda de representarnos.
Así queremos escuchar que desde el estado han sido aprobadas obras de relevancia para la provincia Peravia, como la construcción de la presa La Gina – El Recodo, la que impulsará el desarrollo definitivo de muchas comunidades de la zona norte.
Si queremos producir los cambios que permitan dar el salto para superar los niveles de pobreza, es evidente que se debe construir esta presa. Para que llegue el progreso, más que palabras, requerimos acciones. Es decir, que se hagan las obras a favor de nuestras comunidades.