La población banileja valora en su justa dimensión los aportes que en el área de la educación viene recibiendo desde el politécnico que lleva el nombre del libertador de Cuba, general Máximo Gómez.
Un obsequio del gobierno cubano que llegó de la mano solidaria del comandante Fidel Castro, y que no hemos sabido aprovecharlo.
La sociedad banileja, al igual que la comunidad educativa, se siente agradecida por la calidad formativa de un centro considerado modelo de enseñanza, destacando los niveles de competencia que muestran los jóvenes estudiantes.
No obstante, a pesar de las posibilidades pedagógicas que han permitido entregar a muchas empresas, mano de obra especializada, al igual que técnicos de avanzada que continúan trillando el camino de las universidades con niveles de excelencia, sentimos que desde el Estado no se le ha dado la debida importancia, con un pírrico presupuesto y falta de seguimiento a los equipos e instrumentos que facilitan cumplir a plenitud con su rol académico.
El politécnico de Baní, ubicado en el distrito de Villa Sombrero, es considerado como un monumento a la gratitud, un símbolo de hermandad entre dos pueblos unidos por lazos fraternos.
De ahí que todo lo que eleve su calidad formativa nos anima y compromete a trabajar. Así recibimos cual bálsamo gratificante la noticia ofrecida por el destacado munícipe, Fabio Herrera Guerrero, quien en su cuenta de Facebook nos dice que antes de que iniciara la pandemia, la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña UNPHU, había iniciado contactos con la dirección del politécnico para convertirlo en un Instituto Tecnológico apadrinado totalmente por esa alta casa de estudios.
Esto implicaría un aumento de sus capacidades educativas y del nivel tecnológico, al tiempo que conllevaría la entrega de la finca experimental de la UNPHU, ubicada en Nigua, San Cristóbal, a dicho politécnico, para la capacitación y entrenamiento continuo de sus estudiantes.
Estas negociaciones, según lo expresado por Fabio, fueron iniciadas con la participación de Fabio Herrera Roa y el arquitecto Eugenio Pérez Montás, miembros del consejo de administración de la universidad, mientras que por el politécnico estuvieron presentes su director el Padre Hugo Gil y la señora Virtudes González.
Ahora que existe una tendencia a retornar a la normalidad, que el gobierno está vacunando a la población y vamos disminuyendo las cifras de contagios, entendemos necesario, con la debida prudencia, reiniciar las negociaciones, entendiendo que serán beneficiosas para nuestro politécnico, ya que, en definitiva, lo que se busca es convertirlo en una institución de nivel universitario en determinadas áreas.
Esta iniciativa de la UNPHU debemos aprovecharla, porque tenemos entendido que permanece vigente. Esta es la gran oportunidad para dar el salto y colocar al politécnico en un lugar más alto.
El Instituto Politécnico Máximo Gómez será otro reconocimiento a la grandeza del libertador de Cuba.