Manuel G. Mejía
Peravia, RD.- La familia Andújar tuvo un sábado de regocijo, al celebrarle a su tronco paterno su cumpleaños número 100.
Se trató del arribo de sus cien años, no de soledad, sino de compañía, de mucho amor, responsabilidad y buenos ejemplos, de don Gregorio Andújar, a quien se le conoce cariñosamente como don Goyo. Don Goyo en su cumpleaños disfrutó de las atenciones especiales de sus hijos, nietos, bisnietos y demás seres querido, los que lo agasajaron con un mariachi en su humilde vivienda ubicada en la parte sur del sector Santa Rosa.
Gregorio Andújar, entrevistado por Peravia noticias, hizo un relato de su vida y nos contó sobre su dedicación al trabajo, su amor por sus padres y en torno a su apego a las buenas costumbres, a los deberes que deben de caracterizar a todo ciudadano. Don Goyo, quien nació en Fundación de Peravia, se dedicó a la agricultura, cultivo de café y a labores comerciales desde muy temprana edad.
Cuenta que su padre tenía una propiedad agrícola en el mogote de mayangui, perteneciente a Valdesia y que la misma, siendo un jovencito, se la entregó para que la hiciera producir y ayudara a saldar una deuda que había contraído de unos nueve mil pesos. Relata que su querido padre le entregó un mulo y lo mandó a hacerse cargo de la producción de café, el que en esos tiempos tenía un precio muy bajo. Asegura que con el sudor de su frente en esas tierras se produjo el milagro de la multiplicación, logrando obtener un buen ganado vacuno, una buena producción de café y de distintos rubros alimenticios. Cuenta que logró pagar la deuda de su padre y que se hizo cargo de su manutención por espacio de 20 años. Más adelante vino a la ciudad y se mudo para una vivienda que le facilitó un amigo, al que le había dado la propiedad en condición de arrendamiento.
Aquí en Bani, trabajó en el viejo mercado que estaba ubicado donde hoy se encuentra el cine Vaganiona, luego montó un pequeño comercio en Villa Majega, compró dólares, hizo casas y continuó hacia adelante, ya que su crédito subió, con el difunto comerciante don Bototon, a quien siempre le pagaba de manera puntual. Don Goyo ha tenido una larga vida de trabajo, sacrificio y de amor al prójimo, siendo presidente de juntas de vecinos con las que ha podido conseguir conquistas para el sector Santa Rosa y cita los terrenos donde se levantó la escuela de esa barriada. A sus cien años, Gregorio Andújar sigue soñando con mejorías y obras para los más necesitados.
Este gran batallador se ve lúcido, con fortaleza física y espiritual y aún conserva las esperanzas de convertir sueños en realidad