Manuel G. Mejía
El COVID-19 sigue atrapando a personas en toda nuestra provincia donde ha encontrado un terreno fértil para multiplicarse, que son los lugares de diversión y establecimientos comerciales, donde ni se usa mascarilla, ni se guarda el distanciamiento social.
La cantidad de personas afectadas en los barrios y campo de la provincia es alarmante, cayendo vencidos por la muerte muchos afectados.
En los colmadones, drink y restaurantes de la ciudad, el distanciamiento y el uso de mascarilla, lucen por su ausencia.
Los fines de semana se reportan fiestas masivas en diferentes lugares, sin que se cumplan las medidas sanitarias.
Los encuentros deportivos se celebraban, las prácticas de las distintas disciplinas continúan sin control alguno, al igual que las lides de gallo.
Hoy el periódico Listín Diario publica, que angustia, tristeza e impotencia es lo que se respira frente y en los alrededores de los hospitales públicos dedicados a la atención de COVID-19, donde todo lo que se escucha es que no hay camas disponibles y que los médicos no dan abasto ante la cantidad de personas infectadas.
En esta ciudad tanto los centros de salud privados como los hospitales están repletos de contagiados, mientras en los barrios y campos cantidades de contagiados, prefieren quedarse en sus hogares con el mal, en espera de que sus cuerpos puedan resistir hasta lo máximo.