Cuando aún no hemos superado los estragos causados por el coronavirus, con los nocivos efectos para la economía, nos llega la Peste Porcina Africana, que está diezmando la producción de cerdos en varias provincias del país. Es decir, a la crisis generada por la pandemia, donde la población a visto reducir los niveles de producción, nos alcanza el cuadro lamentable que se reproduce en la mayoría de las granjas destinadas a la crianza de cerdos. Con el agravante de que la cura para la peste porcina no existe, por lo que la única salida consiste en sacrificar a los que aún no están afectados. Esto, de por sí, produce el descalabro de cientos de porcicultores, que dependen de manera exclusiva de ese medio de subsistencia, que han tomado préstamos y hoy se encuentran atrapados por los tentáculos de una peste que se va expandiendo de forma progresiva. Ojalá que las autoridades del ministerio de agricultura puedan erradicarla. Y es que ante la situación el consumo de carne de cerdos ha disminuido considerablemente, por lo que se han disparado los precios del pollo, atribuido a la gran demanda. De hecho, esa ha sido la causa de la alteración de los precios que se registra. De ahí la satisfacción con la noticia de que el gobierno se apresta a importar un millón de libras de pollos, según informes ofrecidos por dirigentes de la Asociación Dominicana de Avicultura, lo que al mismo tiempo representa un sacrificio porque habrá que comprarlo en el extranjero. El compromiso es subsidiarla, más todos los demás gastos que se agregan, incluyendo el transporte.
Lo importante es frenar las alzas sin afectar la producción nacional. Y como es natural, combatir la peste porcina que ha causado este inesperado problema. Eso es lo que todos deseamos
OTRA PESTE NOS ASECHA…
Editorial Peravia Noticias martes 10 agosto 2021