Peravia, RD.-
El Templo Comunitario Casa de Dios, TCCD, realizó la anoche de este domingo 12 de diciembre, en el Casino Peravia, su tradicional cena navideña, en un ambiente de koinonía entre toda su membresía, la que a ritmo de alabanzas, testimonios y adoración a Dios, pudo compartir en armonía.
La oración de apertura estuvo a cargo de la hermana Ivelise Severino, directora del Ministerio de Misericordia, seguido de un aguinaldo interpretado por el Ministerio “Una voz”, dirigido por Lione Kelly.
Continuó la celebración con la emisión de testimonios por parte de las familias, Díaz Ramírez, Araujo Martínez, y la familia Belén Monserrat, quienes pudieron compartir las bellas hazañas del padre celestial en sus vidas.
Para dar paso a la cena, los pastores Efrahim Kelly e Isabel Melo de Kelly emitieron un mensaje de agradecimiento a Dios y a la iglesia por este 2021 que pese a sus dificultades, Dios no ha dejado de manifestar su misericordia y los líderes no han cesado en sus respectivas asignaciones a favor del desarrollo de los programas del templo que a su vez se traducen en desarrollo espiritual para cada uno de los miembros.
El pastor Kelly oró para dar apertura a la cena que fue disfrutada por todos los hermanos y hermanas del TCCD.
En la parte final de la actividad, fue desarrollado un dinámico karaoke en el que tuvieron participación diversos hermanos, entre ellos Fior Portorreal que deleitó a toda la audiencia con el coro: “Yo no sabía que el evangelio era tan bueno”…..
Cantaron en el karaoke, de igual manera, los hermanos Marilyn Objío, Génesis De los Santos, Darvil López, Jhonfrer Villar, Dinanyiri Ramírez, entre otros.
“Agradecemos al señor que en su amor y misericordia nos permitió tener nuestra noche de koinonía.
Gracias a todos los hermanos que hicieron su esfuerzo para asistir. Recordemos que lo único que tiene relevancia en el reino de Dios es el amor”, sostuvo la pastora Isabel Melo para de inmediato hacer mención de la siguiente cita bíblica:
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”
1 Corintios 13:1-3 RVR1960