Peravia, R.D.
Un presunto delincuente que había sido apresado en San José de Ocoa tras un rutinario chequeo a su vehículo en el que se le ocupó varias armas de fuego y al ser depurado se detectó que tenía una orden de arresto por un alevoso crimen cometido en esta ciudad Baní, fue presentando al juzgado de atención permanente el sábado pasado.
El nombrado Luis Alberto Pérez, mejor conocido como Alberton, es imputado de ocasionarle la muerte de varios disparos de bala el 24 de junio del año 2019, en las fiestas patronales de Villa Fundación, al comerciante Escarle Manuel Polanco Guzmán.
Desde aquella fecha los familiares de la víctima mortal, exigían de las autoridades policiales de esta ciudad Baní, el apresamiento del tal Alberton.
Al ser apresado en San José de Ocoa con un fusil y una pistola en su vehículo permaneció detenido en aquella ciudad, hasta que recientemente fue trasladado a esta provincia Peravia para ser procesado por la muerte del comerciante, Escarle Manuel Polanco Guzmán, quien residía entre los sectores los Cajüilitos y Brisa de Guazuma.
El sábado fue presentado ante el juzgado de atención permanente para conocerle una solicitud de medida de coerción consistente en prisión preventiva, pero la misma resultó aplazada para el día 15 del próximo mes de febrero.
Desde tempranas horas de la mañana del pasado sábado, familiares del hoy difunto, Polanco Guzmán, se apostaron frente a la puerta principal del palacio de justicia, para exigir que caiga todo el peso de la ley contra Luis Alberto Díaz Perez, alias Alberton.
En las instalaciones del palacio de justicia, Johanna Guzmán, hermana de la víctima, narra una de las versiones sobre el hecho de sangre.
Por su parte, completamente afligida, la madre de Escarle Polanco Guzmán, la señora Santa Polonia Guzmán, al reclamar un castigo ejemplar para el imputado, revela que producto del crimen cometido contra su hijo, su abuela sufrió una crisis de salud que le produjo la muerte.
También demandó justicia contra Alberton la señora Berenice Aguasvivas, la que aseguró que este señor se encontraba en Ocoa como un rey, como si nada hubiera hecho, a pesar de que se conocía del crimen que había cometido contra su pariente, Manuel Polanco Guzmán.