Desde el inicio de su gestión el presidente de la República, Luis Abinader, ha mostrado su disposición a escuchar las demandas de los dirigentes comunitarios, sin excluir de su agenda de trabajo a los productores que habitan en nuestras montañas.
Esos ciudadanos que por tradición han sido marginados del presupuesto general de la nación. Por eso, en esta ocasión vemos con satisfacción que el mandatario se haya empeñado en mirar hacia los marginados de las políticas sociales.
Ver a un presidente condonando deudas contraídas por los cafetaleros con el Estado, verlo empeñado en invertir en el campo, creando nuevas oportunidades de desarrollo y estimulando a los micro, pequeños y medianos empresarios, es confirmar qué hay un enfoque de ayudar a los de abajo.
Por eso aplaudimos el hecho de que el gobierno, en menos de tres meses de haber iniciado la gestión, dispusiera erogar unos 80 millones de pesos para abrir y reconstruir caminos de herradura en la zona montañosa de nuestra provincia.
Una noticia que hizo saltar de alegría a cientos de productores agrícolas. Sin embargo, a pesar del buen deseo del presidente, la tarea sigue pendiente, ya que existen muchos obstáculos y dificultades que impiden que esos tramos sean intervenidos.
Pero mientras esto ocurre en esta provincia productiva, vemos cómo nuestros hermanos productores de San José de Ocoa cuentan con vías de acceso a las montañas totalmente asfaltadas.
Justo ahora, el presidente Abinader acaba de aprobar la construcción de la carretera del Pinar, por un monto de unos 300 millones de pesos. Es decir, con esa obra se estará cubriendo toda la zona, atendiendo a una promesa del presidente frente a los productores organizados de esa provincia hermana. Sin dudas, un paso de avance que todos aplaudimos. Ese ha sido el motivo por el cual nos preguntamos: ¿Qué está pasando en la provincia Peravia, donde tenemos lugares sin caminos de acceso en la mayoría de la zona montañosa?
Eso es lo que realmente nos preocupa. Y más aún cuando tenemos a un presidente de la República que tiene las mejores intenciones de cambiarles las condiciones de vida a los humildes que sobreviven en nuestras montañas.