Conocemos cientos de historias de asesinos y delincuentes que siguen cometiendo fechorías por culpa de autoridades irresponsables que les sirven de padrinos para que cometan hechos delictivos. Así ha ocurrido en muchas comunidades, donde familias han sido laceradas por individuos que atacan sin piedad, para después escapar de las manos de la justicia. Sin dudas, vivimos escuchando los lamentos de quienes pasan por el tormento de ver cómo se pasean los delincuentes burlándose de sus víctimas sin que exista un régimen de consecuencias que les lleve a purgar condenas por los delitos cometidos. Desde esa realidad, nos conmueve la denuncia que de manera confidencial recibió este medio informativo. La misma indica que los asesinos de un joven que previamente habían violado a su pareja en Fundación de Peravia, se pasean orondos por las calles como si nada hubiera pasado.
Según las versiones, los asesinos altamente peligrosos, tras cometer el hecho de sangre imponen el terror a los vecinos del área de Buenos aires, de Fundación de Peravia, a los que amenazan de muerte para que no los delaten. Recordamos que el pasado lunes en horas de la madrugada resultó muerto de un disparo de bala el nombrado Jesús Contreras, a quien antes de la tragedia, los mismos asesinos le habían violado su pareja varias veces. Según lo acontecido, los peligrosos asesinos, luego de consumar el hecho, tomaron a la señora por la cabeza sumergiéndola en una cubeta de agua con el propósito de ahogarla. El horror y la desesperación estremeció a la humilde familia, al punto de que un adolescente que acompañaba a la señora Esteisy, salvó la vida milagrosamente tras esconderse debajo de la cama con una niña del hoy difunto. Sin embargo, a pesar de la tragedia, la peor desgracia es que los asesinos y violadores de Fundación de Peravia están en la calle y todos los conocen, todos lo saben, incluyendo agentes policiales que identifican como encubridores de los alegados malhechores.
Según pudimos indagar, la indefensa mujer que fue violada se vio precisada a abandonar su hogar por las amenazas de muertes recibidas por los delincuentes que son responsabilizados de haberla violado sexualmente y del asesinato de su pareja Jesús Contreras.
Esto no se trata de una película de terror. Es un caso de la vida real que acaba de ocurrir en Fundación de Peravia, a sólo metros de la Comandancia Regional de la Policía Nacional. Un caso patético de lo que está sufriendo esta sociedad. Claro está, para los pobres parece que la justicia se fue de vacaciones. Ojalá que alguien se digne en ayudar a esta familia para que renazca la confianza en el Ministerio Público.