Quienes siguen de cerca lo que está ocurriendo en el vecino país de Haití pueden concluir en el dicho: “Eso se veía venir”
De ahí que no cause sorpresa alguna la advertencia hecha por Investigadores federales de los Estados Unidos, sobre el aumento del tráfico de armas. Sin embargo, lo que sí es alarmante es la cantidad y el calibre de las armas que están siendo contrabandeadas. Y peor aún, que sea precisamente desde la Florida que estén siendo introducidas en Haití.
Lo que decimos no es un invento, ha sido informado por Anthony Salisbury, director de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Miami.
Bajo esta realidad podemos entender lo que está viviendo el pueblo haitiano, donde la institucionalidad ha colapsado, y las pandillas controlan el territorio, sembrando la violencia y el terror en la población indefensa.
El panorama es desalentador. Vemos cómo emigran en grandes cantidades, buscando escapar de la orgía de sangre que se ha incrementado en los últimos meses con el agravante de que las bandas de delincuentes portan fusiles de alto calibre, ametralladoras y artefactos que son utilizados por francotiradores militares.
Esto, al tiempo de causar espanto, nos está alertando de lo que podría ocurrir si la comunidad internacional no asume con responsabilidad intervenir en Haití para crear las condiciones que permitan garantizar la seguridad. Sabemos que la crisis haitiana está fuera de control, que no existen posibilidades de retornar al orden institucional sin la cooperación de la Organización de las Naciones Unidas, y otros organismos internacionales que están dejando de lado el tema haitiano. Pareciera que hay un plan para dejar desangrar a la población haitiana, y que emigren en grandes pobladas hacia la República Dominicana. Un plan que siempre ha sido denunciado y que se presume que está siendo auspiciado por sectores poderosos de los Estados Unidos, en contubernio con Francia y Canadá. Sin embargo, la advertencia hecha por un organismo de investigación del Estado de la Florida, nos inclina a pensar que las pandillas armadas podrían estar siendo subvencionadas por sectores oscuros que alientan la crisis haitiana en contra de la nación dominicana.
Por lo pronto, sigamos atentos a lo que está ocurriendo de aquel lado de la frontera.