¡VAMOS A CORREGIR ESO, SEÑORES MAESTROS!
Cuando evaluamos la calidad de los maestros de antaño, solemos afirmar que asumían con pasión el rol de enseñar. Eran verdaderos orfebres que moldeaban con esmero a quienes llegaban a sus manos en busca del pan de la enseñanza. Con solo observarlos infundían respeto, admiración y cariño. Sobre todo de