El frío de la noche se dejó sentir como presagio de lo inexorable. El desenlace fatal se llegó a consumar en medio del dolor de un pueblo que llora la partida física de uno de sus hijos.
Y es que sin mediar palabras, amparado en las penumbras, un criminal oculto comenzó a disparar. Los vecinos sólo llegaron a escuchar las detonaciones de las balas asesinas que le arrebataron la vida a un hombre consagrado al trabajo productivo, reconocido por su vocación de servicio como un representante genuino de la familia banileja que trasciende por su pasión por el comercio. Anoche, tras una ardua batalla por la vida, se nos fue el empresario José Rolando Melo, luego de permanecer varios días en un centro de salud de la ciudad de Santo Domingo.
José Rolando, conocido en el mundo empresarial por su marca JR, resultó mal herido en un intento de asesinato perpetrado hace varias semanas en el residencial Riviera del Sur, en momentos en que se dirigía a su vivienda. Desde ese instante, vecinos, amigos y familiares elevaron plegarias a Dios por la vida de José Rolando, el banilejo incansable que creó con esfuerzo una empresa de prestigio, reconocida a nivel nacional. Ahora que perdimos físicamente al amigo ejemplar, más allá del profundo pesar, sentimos la necesidad de reclamar justicia frente a este vil asesinato. Y lo hacemos bajo la absoluta convicción de que todo crimen debe merecer castigo. Ese es el mejor tributo que podemos hacer a la memoria de José Rolando, que él o los culpables vayan a la cárcel. Resulta inaceptable que en pleno centro de la ciudad, casi al lado de las autoridades policiales, se hayan producido múltiples disparos y hasta ahora no se hayan dado informes oficiales de las investigaciones realizadas.
Peravia Noticias, al tiempo de expresar nuestras condolencias a la familia de José Rolando, especialmente a su esposa, la ingeniera Carmen Leyda y sus hijos, reitera el llamado urgente a las autoridades competentes para que el crimen perpetrado sea investigado y que caiga sobre el culpable todo el peso de la ley.