Las estadísticas lo confirman: La República Dominicana ocupa uno de los primeros lugares en cifras de muertes por accidentes de tránsito. En esa nefasta lista superamos a países con una densidad población diez veces mayor que la nuestra. Y mientras esto ocurre, poco o nada se hace para prevenir tragedias en las carreteras. Todo lo contrario, seguimos sumando muertos y heridos, contando accidentes y culpando a los conductores de vehículos por la forma temeraria en que se desplazan por las vías de tránsito.
Desde hace años venimos escuchando las noticias que delatan imprudencias, falta de responsabilidad y ausencia de autoridad para poner control en las calles. La orgía de sangre parece interminable, sin que se advierta la implementación de políticas públicas dirigidas a educar a la población.
La tragedia ocurrida ayer en la carretera Sánchez, en el sector Quita Sueño, en Bajos de Haina, cuando un autobús de pasajeros fue embestido por una patana y luego arrojado hacia el precipicio de una cañada, invita a reflexionar sobre la magnitud de un problema que debemos enfrentar de manera frontal. Y es que los accidentes de tránsito se constituyen en la peor carta de presentación del país para el turismo. Han sido muchos los turistas fallecidos en la zona turística de Bávaro, en tramos carreteros reconocidos como altamente peligrosos y en múltiples ciudades donde los ciudadanos tienen por costumbre irrespetar las señales de tránsito.
Sin embargo, desde el Estado dominicano nada se hace para evitar que conductores ingieran bebidas alcohólicas, no se preocupan por hacer pruebas antidopajes de manera periódica, cobran el impuesto de circulación de vehículos y nadie los supervisa, y para colmo, miles de conductores de vehículos pesados pasan por el frente de las autoridades con elevadas cargas, sueltas y sin control alguno. Entonces, quiénes son los responsables de tantos desastres? Por este tipo de acciones hoy contamos diez muertos y diecisiete heridos en la tragedia de Quita Sueño.
A todo esto recordamos que hace apenas unos días perdimos nueve seres humanos en el desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, y aunque fue por otra historia, lo podemos agregar a la falta de supervisión de infraestructuras viales. Por eso, sí debemos buscar culpables porque es hora de exigir que las autoridades asuman tomar medidas en materia del tránsito, porque de no hacerlo, en poco tiempo convertiremos al país en un infierno.