Así está, viendo pasar los años sin recibir la atención de las autoridades municipales. Literalmente se está cayendo, atestado de malezas y desechos. Pareciera que todos conspiran contra él, procurando que desaparezca para borrar su rica e invaluable historia. Se trata del viejo cementerio ubicado en la calle Beller, donde quedan como vestigios de nuestro glorioso pasado cientos de tumbas deterioradas, sin identificación, sirviendo de escondrijos a individuos atrapados en los vicios, así como también a desamparados que lo han tomado como su morada. Todo ocurre ante la mirada indiferente de las autoridades y parroquianos. Recordamos que el camposanto abrió sus puertas en el año 1895 y se mantuvo en servicio hasta el final de la década del 60, por lo que ahí recibieron cristiana sepultura prestantes figuras del quehacer social, militar y profesional del municipio. Es oportuno destacar que en la primera administración municipal del recordado alcalde Nelson Camilo Landestoy (Chacho) se llevó a cabo una labor de rescate, pero a casi 20 años de esa acción, las malezas, basuras y desperdicios cubren el lugar, sin dejar de mencionar qué el lugar también sirve de albergue a enfermos mentales que allí hacen sus necesidades. A todo esto, más allá de la nostalgia que nos invade, quedaron atrás los planes presentados por entidades culturales que procuraban convertirlo en un mausoleo histórico orientado a recordar a los hombres y mujeres que se destacaron en los diversos ámbitos de la vida social y cultural de nuestro pueblo. Lo que hoy nos queda del cementerio viejo podemos salvarlo, recuperarlo y convertirlo en un espacio de recreación histórica. Una ciudad como la nuestra, reconocida por su limpieza y por el espíritu de familia, no puede más que sentir vergüenza al contemplar el abandono en que se encuentra el viejo cementerio de la calle Beller. Las autoridades municipales deben saber que los pueblos que guardan y protegen sus lugares históricos elevan los valores de respeto por sus héroes, su cultura e identidad. Por tanto, es impostergable el rescate del cementerio viejo, convirtiéndolo en un mausoleo que proyecte la historia de nuestro amado pueblo.