𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚, 𝐑.𝐃.
𝐀𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐠𝐮𝐛𝐞𝐫𝐧𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐜𝐞𝐥𝐞𝐛𝐫𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬, 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐒𝐚𝐥𝐨́𝐧 𝐋𝐚𝐬 𝐂𝐚𝐫𝐢𝐚́𝐭𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐞𝐥 𝐃𝐢́𝐚 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐁𝐢𝐛𝐥𝐢𝐚, 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐚 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝟐𝟕 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐩𝐭𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞, 𝐟𝐞𝐜𝐡𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞𝐜𝐢𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐥𝐞𝐲 𝟐𝟎𝟒-𝟖𝟒.
Mediante nota de prensa informan que esta celebración contó con la presencia del presidente de la República, Luis Abinader Corona, la vicepresidenta Raquel Peña, la primera dama Raquel Arbaje, el pastor Milcíades Franjul, enlace del Poder Ejecutivo con las Iglesias Evangélicas, y el padre Kelvin Acevedo, entre otros.
La ceremonia inició con la oración de apertura a cargo del Reverendo Miguel Núñez, pastor de la Iglesia Bautista Internacional, en un ambiente de solemnidad y gratitud a Dios.
El evento se desarrolló en un ambiente de adoración, acompañado de alabanzas interpretadas por la cantante cristiana Matty Martínez y la Orquesta de la Iglesia Bautista. La actividad congregó a diplomáticos, ministros, congresistas, líderes de la comunidad cristiana y representantes de diversas iglesias del país.
En su intervención, el pastor Milcíades Franjul, director de la Oficina de Enlace Cristiano ante el Poder Ejecutivo, destacó la importancia de la Palabra de Dios como fundamento de la vida nacional.
El funcionario también agradeció al presidente Luis Abinader por ser el primer mandatario en celebrar el Día Nacional de la Biblia desde el Palacio Nacional, y por el respaldo que siempre muestra ante las acciones hacia la comunidad cristiana.
Durante la reflexión bíblica, el pastor Víctor Tiburcio, presidente del Ministerio Aliento Visión, abordó el mensaje de las bienaventuranzas, resaltando que el verdadero sentido de ser “makarios”, es decir, bienaventurado, no radica en la abundancia material, sino en la dicha de vivir conforme a la voluntad de Dios. Invitó a los presentes a asumir el llamado de Jesús como camino hacia la verdadera felicidad.
Cada 27 de septiembre, en cumplimiento de la Ley 204-84, la República Dominicana conmemora el Día Nacional de la Biblia, instituido en 1984, como un reconocimiento a la influencia de las Sagradas Escrituras en la vida espiritual, cultural y moral del pueblo dominicano.
La actividad concluyó con un llamado a continuar promoviendo la lectura y práctica de la Biblia en los hogares, escuelas e instituciones, reafirmando su valor como guía de vida y principios para la nación.