Por: Manuel G. Mejía
Baní, prov. Peravia.- En la tarde y la noche de ayer, en medio de la lluvia y con los establecimientos comerciales de expendio de bebidas alcohólicas abiertos y con su música a todo volumen, cantidad inmensa de personas se lanzó a las calles a divertirse, sin acogerse a ninguna de las medidas sanitarias establecidas por el gobierno para evitar el contagio con el coronavirus.
Los centros de diversión de la calle Duvergé, desde Las Carreras hasta la Andrés Santana, hicieron su agosto sin finalizar el mes.
Al igual sucedió con los centros de ventas de bebidas alcohólicas de Peravia, Los almendros, Catalina, Paya y de otras comunidades campesinas.
En el caso de los negocios ubicados en la calle Duvergé norte, hubo derroche de emoción, de cervezas y otras bebidas alcohólicas.
Cantidades de personas ocuparon los negocios y de manera desenfrenadas los espacios públicos.
En estos lugares se vio de todo, mujeres, jóvenes y distintos parroquianos, que brincaban, bailaban, bebían y fumaban.
Lo único que no se observó en estos grandes “teteos”, sin control, fueron las mascarillas en los rostros de los que se divertían, pero mucho menos el distanciamiento social.
Por la zona del “tamarindo” había tanta emoción desenfrenada, que hasta el camión de los bomberos que pasó por el lugar, tuvo que soportar a cantidades de intrusos que lo abordaron.