El tiempo pasa, las ciudades se transforman, y con ellas, se van perdiendo las costumbres y tradiciones. Nada es estático, todo cambia para bien o para mal. Se trata de la dialéctica, de la cual no escapa nuestra ciudad.
De aquellas once calles trazadas por los primeros pobladores de la Villa Nuestra Señora de Regla de Baní, a más de dos siglos de haber sido fundada la ciudad, fueron abiertas las zanjas receptoras de las primeras tuberías del acueducto. Para entonces, un logro significativo. Pero la población fue aumentando, desbordando los linderos urbanísticos, abriendo nuevos barrios y residenciales, llegando a menguar la capacidad -de un acueducto- que con el paso del tiempo se veía más pequeño.
Así aplaudimos el atinado proyecto de construcción del acueducto múltiple, ya que la población estaba al borde de la desesperación. Sin embargo, obviando los miles de millones de pesos que se han gastado en esta obra, lo insólito ha sido, que los funcionarios del INAPA no contemplaran cambiar las tuberías o redes obsoletas, para conectar un caudal superior de agua. Y sin ser duchos en la materia, llegamos a plantear que esto convertiría la ciudad en una Venecia.
Las fugas y filtraciones así lo confirman. Mientras en algunos sectores todavía carecen de agua potable, ya contamos con varias calles semi destruidas por esas fugas. Otras están corriendo la misma suerte, como acontece en la avenida Fabio Herrera, convertida en una regadera que pronto dañará su capa asfáltica. Y así ocurre con el sistema cloacal, limitado por el crecimiento poblacional. Y peor aún, surgen otras necesidades por la cantidad de desechos que se generan en la ciudad.
A todo esto, en los ayuntamientos se quejan porque llevan años recibiendo los mismos recursos del presupuesto. Peravia Noticias aboga por que las autoridades asuman con responsabilidad la tarea de defender la ciudad. Ya tenemos suficientes problemas con el caos en el tránsito vehicular, con las violaciones de los semáforos y con las imprudencias de ciudadanos que nadie aguanta. Son muchas las amenazas y pocos los que se preocupan por la imagen de nuestra ciudad.