Existen figuras legales, técnicas y literarias, que son desconocidas para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Y aunque se han aplicado desde antaño, no han causado tanto impacto como el sonado fideicomiso de Punta Catalina, el cual ha recibido críticas, interpretaciones y rumores que corren por todas las esquinas.
Podemos decir, que el contrato de fideicomiso cobró más notoriedad cuando varios diputados, luego de aprobarlo, se echaron para atrás, bajo el argumento de que votaron sin leer sus términos. Fue a partir de ese momento cuando inició el zarandeo que llevó al presidente, Luís Abinader, a pronunciar su alocución para frenar las especulaciones acerca del proyecto. Y no era para menos, ya que los cuestionamientos llegaron a los medios de comunicación, donde figuras connotadas plantearon interrogantes sobre el contenido del referido contrato que involucra al Estado dominicano y el sector privado.
Para muchos, la razón de las críticas radica en la extraordinaria inversión en la que incurrió el Estado para construir las plantas termoeléctricas que desde su inauguración siempre han permanecido en la mira del cuestionamiento. Desde acusaciones de sobre valuación, sobornos y falta de gerencia, hasta llegar al proyecto del fideicomiso, una figura que ha sido defendida por el presidente de la República.
Es alentador escuchar del propio mandatario la decisión de posponer el conocimiento del proyecto que reposa en el Senado. Con esa actitud el presidente reafirma su vocación de diálogo, tras afirmar que desea escuchar a los diversos sectores de la sociedad en el escenario del Consejo Económico y Social. Justamente, creemos que por ahí debió comenzar el recorrido del fideicomiso, ya que al saltar la verja del congreso, fue sometido y conocido en la Cámara de Diputados, donde se le dio el voto favorable.
Ahora que habló el presidente, que decidió enviar el proyecto a un espacio de diálogo, creemos que el fideicomiso podría tardar varios meses. Sin embargo, el actual ministro de Energía y Minas, Toñito Almonte, dijo hace poco que se estaba a la espera del resultado de una auditoría financiera en Punta Catalina. Entonces, por qué adelantar antes de informar sobre los resultados arrojados. Como es de suponer, el fideicomiso se enmarca en la estrategia de alianza público privadas que ha sido anunciada por la actual gestión.
Cosa que también merece una mayor explicación a la población.
Mientras tanto, el fideicomiso de Punta Catalina, a decir del presidente, es una buena iniciativa para asegurar que esa termoeléctrica continúe aportando sin tropiezos al sistema energético nacional.