El senador Wilton Guerrero, bajo estrictas medidas de seguridad, acompañó a la periodista Nuria Piera, a los distintos puntos de drogas que han sido desmantelados por las autoridades policiales y de la Dirección Nacional de Control de Drogas.
El senador Wilton Guerrero dijo que se trata de un descenso a estos lugares donde operaban los puntos de ventas de drogas para que se observe el trabajo que se ha venido desarrollando.
La periodista Nuria Piera está elaborando un reportaje especial sobre lo acontecido en Bani, antes y después de la muerte del coronel Daniel Ramos Álvarez, en momento cuando perseguía al jefe de un famoso punto de ilícitos ubicados en el barrio Santa Cruz.
Después de visitar los locales donde operaba el punto de drogas de Ikita, el Pesao y otros, el senador y la periodista Piera se dirigieron al centro de expendio de sustancias narcóticas que la autoridad le atribuye a buche como su dueño y a quien imputa como la figura principal de la muerte del coronel Ramos.
Andando en el interior de lo que fue local del punto de drogas del barrio Santa Cruz, se pudo observar las combinaciones que se daban en su interior, las divisiones y todos los aspectos de un negocio de comercialización de artículos muy especiales para los que se requería de atenciones y vigilancias extremas.
A la entrada del lugar del famoso punto, se nota como se conjuga lo religioso con la práctica ilegal que se llevaba a cabo.
La santería juega su papel con una cruz, que para ellos era la señal de rechazo de todo propósito contrario a los fines de sus operaciones comerciales.
La cruz que es símbolo del sacrificio daba la bienvenida para tal vez recordar entre los entendidos su poder y contenido antes y después de la muerte de Jesucristo.
Otra imagen de la religiosidad popular precisamente del lado de la mercancía narcótica que se vendía, es la de San Miguel con su espada, sometiendo a la obediencia al enemigo.
De la estructura del famoso punto de venta de drogas de Santa Cruz, solo quedan sus ruinas, mientras que su soledad causa pánico y miedo hasta en los menesterosos que deambulan por las calles buscando albergue.