Ante la mirada indiferente del Ministerio de Medio Ambiente, invasores del Cucurucho de Peravia lo destruyen poco a poco, tras habilitar solares para levantar construcciones.
Los sábados y domingos las acciones violentas contra el histórico cerro se hacen más común, empleándose equipos pesados como gredars y palas mecánicas.
Con el Cucuruchu Peravia se da una depredación despiadada, la que constituye un negocio redondo para sus ejecutores, ya que al tiempo que convierten su falda en espacio para construir viviendas, comercializan los materiales extraídos.
De no tomar las autoridades medidas de protección a favor de este legendario cerro, que ha servido de inspiración a poetas banilejo y de investigación a escritores que procuran descubrir secretos que yacen en él, como es la de alegada sepulturas de figuras del reino taino, el mismo podría ser desaparecido.
Como se puede apreciar, el cerro es víctima de acciones dañinas que incluyen ademas la destrucción de su vegetación.
Al ritmo que va su depredación la cara del Cucurucho que mira hacia la llanura de la ciudad, será borrada y en cambio será desde la ciudad de donde sus habitantes tendrán que distraerse mirando algo similar a un monstruo de cantidades de cabezas, que serían casuchas, retretes, hoyos, solares y otro tipo de construcción des figurativa de la esencia bella y natural de lo que sirvió de inspiración y de musa a los poetas.
Como se pude apreciar, nos roban el cerro Peravia, para levantar viviendas en su espacio y vender su contenido, barro, piedras y demás, como materiales de construcción.
Su vegetación, como el palo Brasil, Carey y otros se esfuman ante la acción destructiva que los enemigos de la naturaleza ponen en práctica.
La institución que se conoce como Ministerio de Medio Ambiente, lamentablemente ha perdido sus ojos y todo sentido del olfato, ya que a pesar de todos los habitantes de Baní palparse de lo que sucede contra el Cucurucho, ellos ni ven ni les huele nada.