Lo acusan de haber cometido una ensarta de delitos, entre los que resaltan crímenes, robos y asaltos. Son muchos los casos en los que se le atribuye haber participado, y no faltan las historias que le delatan como responsable. Sin embargo, el famoso Chimbolo continúa bailando en las calles, gracias al Ministerio Público de la provincia Peravia.
De nada han válido los hechos que se le imputan, ni los dedos que le señalan, ni las evidencias presentadas, porque al parecer Chimbolo está blindado frente a la justicia. Así lo afirman reconocidos juristas que critican la decisión del Tribunal de Atención Permanente, de brindar todas las facilidades a un presunto delincuente con cantidades de querellas, por lo que nadie logra explicarse – por qué sale con tanta facilidad- de la cárcel.
Según expresara el abogado Jorge De Los Santos, el nombrado Pablo Cruz, alias Chimbolo, está involucrado en varios asaltos a establecimientos comerciales, y como por arte de magia, lo han favorecido con el pago de garantías económicas, para que vuelva a hacer de las suyas en las calles.
Recordamos que el susodicho personaje fue acusado por el comerciante Juan Santiago Castillo, propietario de la farmacia Villa Fundación, como el autor del robo millonario del que fue víctima, pero las querellas y evidencias no fueron tomadas en cuenta por el Ministerio Público, lo que pone en entredicho la forma en que se imparte justicia en la provincia Peravia. ¿Será que Chimbolo está protegido? ¿Tendrá padrinos políticos? ¿Por qué evade con facilidad la vara de la justicia? Esas son algunas de las preguntas que se hace el pueblo, ante un Ministerio Público que no muestra capacidad, por lo que se percibe como responsable del desastre que se da en los tribunales. Obviamente, son muchos los indignados, los que observan el pobre desempeño de quienes tienen la tarea de imponer justicia en una provincia que parece estar huérfana. El caso de Pablo Cruz, alias Chimbolo, es la confirmación de lo que tenemos: un Tribunal de Atención Permanente para privilegiar a los que “con mucha suerte” alcanzan la mala fama de delincuentes.