Cuando las voces que se levantan para denunciar, informar y orientar al pueblo, pretenden ser censuradas con el látigo del terror para imponer el caos y el desorden que altera la convivencia, es necesario crear trincheras de solidaridad que permitan garantizar la paz, asumiendo el desafío de enfrentar en unidad a quienes atenten contra la vida humana.
Resulta inaceptable que en una sociedad apacible, de gente humilde y laboriosa, como la nuestra, reconocida como una familia, se estén reproduciendo actos vandálicos como el denunciado por el reconocido locutor, productor y presentador de noticias, José Miguel Ortíz Melo, quien ha sido víctima de desaprensivos que se han ensañado en su contra por las denuncias responsables que viene haciendo -desde hace cierto tiempo- contra quienes alteran la paz y el sosiego en un tramo de la avenida Fabio Herrera.
Ortíz Melo, quien lleva más de dos décadas como presentador estelar de Peravia Noticias, produce el programa Baní, Ayer y Hoy, y forma parte del equipo de Visión Matinal. Un apasionado de la comunicación al servicio de los más sanos intereses de la población. Por lo tanto, la agresión puede considerarse como una amenaza a la integridad física de un miembro destacado de la prensa banileja, pero sobre todo, un ciudadano ejemplar que cumple con la misión de velar por el rescate de los principios y valores morales que forman parte de nuestra identidad.
Es desde esa dinámica comunicacional, que el señor Ortíz Melo trasciende y cobra notoriedad en un pueblo que adolece de paradigmas para encausar sus ideales de justicia dentro del marco institucional. De ahí la sospecha de que el hecho denunciado haya sido fraguado por individuos que intentan acallarlo, amordazarlo e intimidarlo para apagar el fuego de sus valientes denuncias a favor de la sociedad.
Es bajo esas consideraciones que el Grupo de Comunicaciones Ortíz Ruíz, solicita a las autoridades abrir una investigación profunda para dar con los responsables del ultraje perpetrado en su residencia, donde fueron arrojados objetos que se constituyen en evidencias del salvaje acto. Confiamos en la justicia, en el comandante regional sur central de la Policía Nacional, y en un pueblo que sabe apreciar los esfuerzos de quienes se afanan para combatir la delincuencia. Los enemigos de la paz y el sosiego, los que buscan obtener dinero sin tomar en cuenta los daños que van causando a los demás, merecen una respuesta contundente de las autoridades.
Finalmente, saludamos las muestras de solidaridad que han sido ofrecidas, especialmente por parte de los miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, entidad a la que pertenece José Miguel Ortíz, un símbolo de la comunicación al servicio de la comunidad banileja. La delincuencia común, los enemigos del orden y la seguridad ciudadana, deben saber que José Miguel no está sólo, que hay un pueblo que lo respalda y apoyará en todos los escenarios. Baní no puede vivir de rodillas por culpa de desaprensivos que afectan la convivencia pacífica.