Hay motivos para celebrar..! Una fecha se acerca con olor a historia, añoranzas y recuerdos de un evento cuya trascendencia perdura en el tiempo. Y es que el día 10 de noviembre del año 1883, en el marco de las festividades patronales en honor a la Virgen Nuestra Señora de Regla, hizo su debut en el majestuoso escenario de nuestro pueblo, la Banda de Música que ha permanecido durante 138 años encendiendo con sus mágicos y melodiosos ritmos el candil iluminado del espíritu. Con justa razón, la ocasión amerita una fastuosa, relevante y digna celebración, al compás delirante de la gratitud que nos convoca.
De ahí el llamado a la familia banileja, a los que admiramos y respetamos la trayectoria inmaculada de una banda de música cuyos miembros se han consagrado a servir con amor a su pueblo. Un privilegio que nos llena de orgullo y que podemos mostrar al mundo como una genuina y palpable muestra de la cultura que nos identifica.
Hoy convocamos al ayuntamiento, a las autoridades, a los líderes comunitarios y a todo el pueblo, a unirnos para festejar la grandeza de contar con una institución musical reconocida como una de las primeras de la República Dominicana, nacida el mismo año que por primera vez fue entonado el Himno Nacional. Y para mayor grandeza, es la única que ha grabado un disco de larga duración, bajo la recia dirección de figuras reconocidas por el talento y la dedicación a la música. Desde el maestro Julio Alberto Hernández, Enriquillo Sánchez, Wolfang Larrazabal, Carlos McKinney, Amable Botello, entre otros de igual relevancia, han desfilado por el seno de nuestra centenaria Banda.
Ahora que se apresta a cumplir 138 años, es un deber que su pueblo, las autoridades municipales, el Congreso de la República y el Ministerio de Cultura, se unan en el propósito de rendir un justo y merecido reconocimiento, declarando a la Banda de Música, Patrimonio Cultural del Pueblo Dominicano, como un homenaje perenne y eterno a su trayectoria. El 10 de noviembre de 1883, con don Calixto Medina inició la historia que 138 años después permanece viva, cual estampa adherida al corazón de la familia banileja.