Todos vivimos expuestos a ser alcanzados por los tentáculos de la delincuencia. Son pocas las familias que no han pasado por momentos de terror al vivir de cerca la amarga experiencia de una agresión violenta. Sin embargo, nada se compara con lo que está ocurriendo en Villa Majega, el barrio emblemático, reconocido como las cunas de hombres y mujeres dedicadas al arte y la cultura, y considerado como un reservorio natural de grandes deportistas.
Hoy sus habitantes están siendo sometidos a los peores actos de vandalismo, viviendo en medio del terror impuesto por elementos del bajo mundo que arman balaceras casi todas las noches en disputa por el control de los puntos de drogas.
Esto, sin dudas, se reproduce en otros barrios de la ciudad, donde pocos parroquianos se atreven a transitar por temor a ser sorprendidos por las balaceras que escenifican individuos a cualquier hora del día.
Las noticias llueven, llegan hasta nosotros para describir los grotescos episodios donde vándalos envueltos en el negocio ilícito de las drogas se enfrascan a tiros por las calles Restauración norte, Capotillo este, y las zonas próximas al río, en franco desafío a las autoridades policiales.
Y es que a cada momento, producto de esos enfrentamientos, salen personas heridas.
Una realidad que se puede comprobar con sólo observar los agujeros en las casas impactadas de balas. Las bandas se han adueñado de Villa Majega, a tal punto, que el pasado viernes escenificaron un fuerte tiroteo que recorrió gran parte de la barriada. Durante la balacera se dijo que resultó impactada una persona identificada como Oliver Avalo Romero, de manos de un presunto delincuente conocido como Bernardo.
De lo anterior se desprende parte de lo que está pasando, por lo que muchos comunitarios lucen desesperados, y llaman de manera constante a la redacción de este noticiario. De ahí el llamado a las autoridades, especialmente al comandante de la dirección sur central de la policía nacional, general Jorge Garibaldi Mancebo Bautista, a fin de que disponga las medidas pertinentes que logren poner a raya a los delincuentes que se disputan el control del barrio Villa Majega. Obviamente, la lucha frontal debe contar con el apoyo del liderazgo social y comunitario, para que se restablezcan el orden y la paz en todos los sectores de la ciudad. Eso es lo que debemos esperar.