Están entre nosotros, comparten y se comportan con aparente normalidad pero están enfermos, viven llenos de odio y se alimentan de una envidia sin límites hacia los demás. Sobre todo, contra quienes presentan y proyectan cualidades que para ellos son difíciles de alcanzar. Son los invertebrados de la sociedad.
Los que nunca opinan de las buenas acciones ni se detienen a valorar el sacrificio de quienes durante décadas exhiben una hoja inmaculada de servicios desinteresados a la sociedad.
Son los aberrados, maquinadores compulsivos de la maldad, que viven agazapados cual los buitres en espera de sus víctimas.
Son los mismos. En Baní existen. Y los hay de todos los colores, de distintas profesiones, incluyendo hasta periodistas. Si, hasta periodistas, llenos de frustraciones que les llevan a caer en los planos más bajos, justamente para alimentar sus bajos instintos. Los conocemos. Están entre nosotros y debemos ayudarlos a superar sus debilidades.
La sociedad está deseando abrir puertas de unidad, donde por encima de las bajas pasiones resalten los valores. Baní espera más de nosotros.
Es tiempo de focalizar los temas urgentes dejando de lado el morbo asqueante de lo intrascendente.
Obviamente, los enfermos mentales no están en condiciones de ahondar en temas como la falta de caminos y carreteras en la zona cafetalera.
No pueden hacer un planteamiento para que sean reparadas las vías de acceso a las áreas de playas. No se detienen a pensar en las obras prioritarias para la provincia Peravia, ni mucho menos sienten el compromiso de reconocer los esfuerzos que hacen los sectores productivos para aportar al desarrollo local.
Claro está, eso sería mucho pedir, porque están impedidos, viven llenos de odio por culpa del egoísmo. Una enfermedad que les nubla la capacidad de valorar el trabajo de autoridades que están enfocadas en cumplir con sus agendas de trabajo en favor del desarrollo de la provincia Peravia.
A esos enfermos debemos tratarlos con absoluta paciencia, rogando ante Dios por ellos, reconociendo que debemos convivir con ellos.