La denuncia debe ser investigada; y no porque dudemos que sea cierta, sino para determinar quiénes son los responsables del daño que están causando a los comunitarios. Y todo por la falta de supervisión y vigilancia de las autoridades competentes.
Pareciera que vivimos como “chivos sin ley”, donde cualquiera hace lo que le conviene sin medir las consecuencias. Eso es lo que está ocurriendo en La Montería, donde según denuncian líderes comunitarios, varios productores agrícolas están desviando el agua del acueducto para sus parcelas. Algo que merece y debe ser investigado por insólito y descabellado.
¿Cómo es posible que antes de la toma del acueducto, en el paraje Cabeza de Toro, dueños de propiedades sembradas de aguacates estén instalando tuberías que van dejando a La Montería sin agua potable? Así como lo oyen. Mientras los moradores de los parajes Los Yaguarizos, Chempén y Sabana Indio, sufren la falta del Preciado líquido, los productores agrícolas toman el agua de los manantiales que fluyen de las montañas para irrigar sus cultivos. Según lo denunciado, grandes potentados con parcelas en la zona, han colocado tuberías en cada uno de sus predios agrícolas sin pensar en las graves consecuencias que generan en una población que sufre porque no está llegando agua suficiente al acueducto. Afirman que en los manantiales del Naranjal, La Majagua y Arroyo Piedra han colocado grandes cantidades de tuberías, sin que las autoridades hayan otorgado permisos. Es decir, sin la debida autorización del INDRHI y de otras instituciones, que tienen que ver con el manejo del agua y asuntos ambientales. De ahí el llamado a las autoridades de la provincia Peravia para que acudan en auxilio de los moradores de La Montería, tomando acciones tendentes a defender las fuentes de agua, como arroyo, manantiales y cañadas. Ahora que observamos la disposición de las autoridades locales a actuar en favor de las comunidades, es oportuno el llamado a la gobernadora provincial, Ángela Yadira Báez, así como al ministerio de Medio Ambiente y al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, para que tomen medidas al respecto. Sabemos que el agua es vida. Que es un patrimonio esencial que debemos cuidar y proteger. En tal sentido, entendemos que deben buscarse alternativas para que los productores agrícolas, -sin diezmar los manantiales-, puedan irrigar sus cultivos, pero nunca afectando el agua destinada para el consumo humano. ¡Eso es innegociable!.