Cuando el vecino más cercano está en situación de riesgo, lo más lógico es prestar atención, tomando medidas de prevención que impidan colocarnos en la misma condición. Es decir, generar un plan de acción para enfrentar la adversidad. Esa debe ser la actitud de las autoridades del sector salud frente a lo que está ocurriendo en el vecino país de Haití, donde El Cólera ha causado al menos siete muertos, según informaron las autoridades. Recordamos que hace unos tres años las autoridades anunciaron el fin de la epidemia mortal que mató a más de 10 mil personas en esa empobrecida nación. Ahora nos sorprende la información de que nuevamente El Cólera está presente en Puerto Príncipe, así como también en otros suburbios del litoral costero de ese territorio.
Para colmo, la población haitiana está atrapada en las garras de una crisis que profundiza la insalubridad, el hacinamiento y la marginalidad social como factores que permiten la expansión de las enfermedades infecto-contagiosas. Es así como entra El Cólera, causando preocupación no sólo en la población haitiana, sino que además comienza a preocupar a la población dominicana, ya que nadie desconoce el constante flujo migratorio que se registra en la zona fronteriza. De ahí la necesidad de encender las alarmas, tomando medidas preventivas, ya que tenemos como antecedente escalofriante, que hace apenas una década murieron más de 10 mil haitianos por una epidemia que -a muchos les agarró- fuera de los hospitales.
Es a partir de esa realidad que las autoridades dominicanas deben estar atentas a la evolución del Cólera en ese territorio, donde las protestas, saqueos y violencia están a la orden del día, en uno de los países más pobres del mundo. Sin embargo, lo más preocupante es que las primeras infecciones se detectaron a lo largo del río Artibonito, a raíz del terremoto ocurrido en el año 2010, cuando las fuerzas de paz de la ONU arrojaban materia fecal en su cauce. Luego en el 2019 fue detectado un último caso de Cólera, por lo que en febrero de este año se había dado por eliminada la enfermedad.
Ahora con su reaparición renace el temor y llega hasta nosotros la preocupación por las relaciones existentes en ambos lados de la frontera, sin contar los migrantes que penetran al territorio nacional de forma ilegal. Ojalá que el Ministerio de Salud Pública tome las medidas de lugar.