La provincia Peravia, además de proyectarse con su riqueza natural, posee dentro de sus grandes atractivos la más amplia gama de ofertas que sirven de propuestas para el turismo. Somos el polo turístico con mayor potencial de desarrollo a pesar de los escollos que impiden el aprovechamiento de nuestra herencia cultural, del tesoro natural y de la invaluable calidad humana de nuestra gente. Es desde esa realidad tangible, reconocida y valorada por muchos inversionistas, que sentimos con pesar el descuido gubernamental que por más de medio siglo hemos padecido. Sólo a modo de ejemplo, podemos presentar los tramos carreteros de todo el litoral costero de la provincia. Ni uno sólo ha merecido un cubo de asfalto. Sin embargo, son pocas las demarcaciones de la República que pueden mostrar al mundo lo que nosotros poseemos. Sol, playas, arenas blancas, ríos y hermosas montañas. Y más allá podemos resaltar la cercanía con la zona colonial, con el aeropuerto y grandes centros comerciales del país. Y aquí, en Baní, tenemos mucho más. Bastaría presentar nuestra catedral y el santuario San Martín de Porres como elementos resplandecientes del turismo religioso que cada año crece en nuestro pueblo. Obviamente, es lamentable que el santuario se encuentre tan descuidado. Recordamos que un grupo de ciudadanos, encabezados por el sacerdote Joaquín Mercedes, asumieron la tarea de rescatarlo. En esa tarea estuvieron enfocados, tocando puertas, pero desde hace más de tres meses los trabajos de remozamiento fueron paralizados. Y todo por el traslado del padre Joaquín, el abanderado que asumió con entusiasmo rescatar el santuario que convoca a miles de peregrinos cada año.
Se llevaron al Padre Joaquín y al parecer decretaron paralizar los trabajos, porque después del traslado ni una piedra han colocado, aunque según informaron varios comunitarios de Las Tablas, una comisión del gobierno estuvo en el lugar haciendo un levantamiento de las necesidades del templo espiritual. Se recuerda que hace un año se comenzaron a realizar algunas reparaciones, llegándose a levantar la pared perimetral del santuario, luego de varias actividades de recaudación.
Hoy por hoy el Santuario San Martín de Porres, ubicado en la comunidad de Las Tablas, es un centro de peregrinación que atrae miles de feligreses, incluyendo turistas provenientes de Europa, que vienen a celebrar las fiestas del santo de los pobres, el fraile Martín el de la escoba. Ojalá que el ministerio de turismo y otras dependencias del Estado dominicano presten atención a una obra construida por la inspiración del sacerdote Roberto Himus, cuyos restos yacen sepultados a los pies del santuario.
Finalmente, todos los hombres y mujeres de la provincia Peravia debemos continuar demandando la atención del Estado para que saquemos provecho al potencial turístico que heredamos. Somos la única provincia del país que cuenta entre sus atractivos con las inmensas dunas, con más de ocho playas y una mina de sal abrazada a la bahía de Las Calderas, que junto a la hilera de montañas nos colocan como una de las zonas más envidiables a juzgar por la diversidad de nuestros recursos naturales.