Cuando la población advierte que se está trabajando para solucionar o prevenir un problema, asume cualquier sacrificio como parte de los aportes que deben hacer los ciudadanos para superar las dificultades generadas.
Desde esa realidad contamos con la comprensión y solidaridad de quienes entienden que se deben sacrificar para luego disfrutar los beneficios. Claro está, cuando se trata de entidades del Estado, cuyos trabajos pretenden favorecer a los ciudadanos, lo normal, lógico y prudente es que los incumbentes, o compañías a cargo de las obras, tengan a mano los recursos necesarios para terminar en el tiempo previsto.
A nadie en su sano juicio se le ocurriría colocar obstáculos, abrir zanjas y remover asfalto para luego contar la historia de que debemos esperar días y hasta semanas para resolver un problema que bien puede ser corregido en el transcurso de un día de trabajo. Esto, más que alegría genera disgustos.
Lo anterior se desprende de la situación creada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones con los trabajos que vienen realizando en el puente Rafael Herrera, a la entrada de la ciudad.
Lo que se pudo iniciar y terminar en un tiempo prudente aún sigue pendiente.
¿Cómo es posible que los funcionarios castiguen a todos los ciudadanos que se desplazan por la carretera Sánchez, guallando la capa asfáltica para luego de tres días estar detenidos con las grietas producidas como evidencia de la falta de planificación atribuida a la improvisación?
De ahí el disgusto ante los tapones generados por la compañía contratista del Ministerio de Obras Públicas, una situación que afecta a toda la región sur de la República.
Obviamente, iniciar el pasado lunes no fue lo más conveniente, incluyendo la hora dispuesta para los trabajos, lo que ha provocado tapones infernales de hasta una hora.
Al parecer, los contratistas ignoran que este puente comunica hacia muchas provincias, que es fundamental para el flujo del tránsito. Entonces, reconociendo su importancia nos preguntamos el por qué iniciaron los trabajos sin el acompañamiento de agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre DIGESETT? Estos, están para regular y organizar el tránsito vehicular.
Y algo peor, que se constituye en una burla a la autoridad, es que según expresó el alcalde Santo Ramírez, el ayuntamiento no fue notificado sobre el inicio de estos trabajos. Un irrespeto a las autoridades locales que tienen que velar por el ordenamiento urbano. Todos coincidimos en que los trabajos pudieron ser iniciados en horas nocturnas, pero, al parecer, lo que se buscaba era causar el tapón del que por mucho tiempo se tendrá que hablar. Y todo por improvisar.