Una vez concluida la XXIV Feria Ecoturística y de Producción, organizada por la Fundación Ciencia y Arte, es importante evaluar los esfuerzos de entidades como el Clúster Turístico y Productivo de Baní, para proyectar la provincia como destino turístico, reconociendo el potencial que atesora para captar la atención de los inversionistas. Es mucho lo que se ha hablado y escrito. Sin embargo, hace falta un debate más profundo, abierto y preciso que permita abordar de forma crítica lo que se está gestando. Todos conocemos lo que tenemos. Se ha repetido hasta el cansancio. Contamos con hermosas playas, ríos y montañas, con un patrimonio cultural propio, con historia, gastronomía y un sincretismo mágico religioso que delata nuestras raíces, junto al calor receptivo de un pueblo que trasciende por los valores que definen su identidad.
Bajo ese reconocimiento, es necesario abogar por el desarrollo pleno del ecoturismo, recordando que llevamos más de tres décadas esperando por las iniciativas del Estado, desde aquel día en que fuimos declarado como el octavo polo turístico de la República Dominicana. De ahí la importancia de abrir el debate sobre los proyectos que se están vendiendo como preludio del destino turístico que juntos debemos construir. Desde hace años venimos observando cómo se están acercando los grandes gestores de proyectos, los gurús de las inversiones en la llamada “industria sin chimenea” y forjadores de destinos que hoy son éxitosos. Obviamente, los que miramos desde el patio, tenemos que preguntarnos si es factible construir un destino levantando proyectos cerrados, con la modalidad de villas o lotes de bienes raíces, cuyos adquirientes demandan el uso exclusivo del espacio. Es lógico suponer que para construir un verdadero destino hay que impulsar el turismo receptivo, el que busca el público dentro de la gama de ofertas, el de puertas abiertas que estimula la presencia de turoperadores y personas competentes para suplir las demandas de turistas. Y como es natural, cada compañía o empresa turística puede construir lo que mejor le convenga. No obstante, cabría preguntarse, si es conveniente para desarrollar el destino turístico que se está pregonando. Eso hay que evaluarlo.