La provincia Peravia ha permanecido pasiva frente a situaciones que afectan de manera directa a nuestros habitantes. En muchas ocasiones hemos sido estafados con la complicidad de individuos por los cuales votamos para que fueran a los cargos a representarnos. Llevamos décadas nadando en el mismo charco. Recordamos que las aguas de Valdesia proporcionan energía eléctrica y agua potable a gran parte de la ciudad capital, pero esto no ha generado un centavo para el desarrollo de la provincia Peravia. Como esa hidroeléctrica tenemos otras fuentes generadoras de energía que nada aportan, incluyendo la termoeléctrica de Punta Catalina, cuyas cenizas se constituyen en amenazas para la vida.
A todo eso, nuestras autoridades han sido permisivas, sumisas y entreguistas, frente a las injusticias cometidas contra la provincia. Es una vergüenza repasar la historia del desempeño institucional de varios hijos de esta provincia que estuvieron en medio de grandes proyectos y no hicieron nada para procurar sacar provecho para beneficio del pueblo. Conocemos provincias que reciben fondos a partir de pequeñas generadoras eléctricas, mientras nosotros estamos como “Perico en la estaca”. Ni Valdesia ni Punta Catalina aportan recursos a la provincia de donde se nutren.
Ahora, a ese infortunio se agrega la inercia frente a proyectos que se conciben aportarán soluciones a problemas acuciantes como el congestionamiento del tránsito en la ciudad, un problema que desespera a quienes tienen que atravesar por el centro de nuestro pueblo con destino a las demás provincias del sur del país. Pues resulta que todos aplaudimos la disposición del gobierno para la construcción de la avenida de circunvalación bajo las condiciones aprobadas por las pasadas autoridades. Es así como anuncian la apertura de los trabajos. Y se hizo un acto con las autoridades y el pueblo como invitado. Sin embargo, ahora despertamos con la información de que la avenida de circunvalación será de dos carriles y no de cuatro como se tenía previsto. A todo esto se agrega el peaje que se construirá en la entrada de una obra que no aportará a menguar el desplazamiento de vehículos por el centro de la ciudad. Así también fuimos estafados con la construcción del acueducto múltiple, donde por más de doce años estuvieron tomando préstamos y derrochando millones de dólares para lanzarlos al barril sin fondo de la política.
Obviamente, nuestra mayor desgracia ha sido el pobre desempeño político de quienes han ido a los cargos a representarnos, como también hemos sido cómplices y responsables de lo que por décadas venimos padeciendo porque ante los casos citados ni siquiera nos hemos parado a defendernos. Ahora con la construcción de la Avenida de circunvalación de dos carriles, debemos elevar la voz de protesta, porque el sur merece una avenida moderna, -de cuatro carriles-, ahora que está en boga el tema del turismo.