Son dos fuegos distintos pero iguales de perturbadores. Uno ha sido denunciado por dirigentes de la junta de vecinos del Manaclar, donde se han quemado grandes porciones de terreno sin que hasta la fecha se hayan presentado las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Los campesinos contemplan impotentes cómo el fuego se expande, coge fuerza y sigue devorando la zona montañosa, diezmando parcelas agrícolas y áreas boscosas del Parque Nacional Luis Quinn. Y mientras el fuego se extiende, los campesinos claman y piden auxilio para que no sean reducidas a cenizas las parcelas que con tanto sacrificio vienen cultivando.
Y mientras arden las montañas del Manaclar, aquí en la llanura, otro fuego asoma en el litoral del ministerio de Medio Ambiente, donde acaba de ser cancelado el señor Daniel Martínez, quien se desempeñaba como director provincial, y fue sustituido por la periodista Patricia Báez, lo que de inmediato abrió las compuertas de la especulación, ya que según rumores, desde que Martínez fue designado, asumió el cargo sin el respaldo del ministro Orlando Jorge Mera.
Ahora que llegó Patricia Báez, que según se puede apreciar viene revestida de poder para resolver, esperamos acciones directas y contundentes contra quienes destruyen nuestros bosques y explotan la arena de las dunas.
Y no es mucho pedir, porque la provincia Peravia vive asediada por empresarios que se apoderan de nuestros recursos instalando granceras, destruyendo playas y ríos, talando bosques y cargando con la arena de las dunas. Es decir, de nada han valido denuncias y campañas de orientación, porque todo sigue de mal en peor. De ahí la esperanza de contar con autoridades que vengan dispuestas a resolver el problema con estricto apego a la ley.
Llegó Patricia. La periodista, la que ha sido designada por el ministro, la que desde el medio tiene que mirar para arriba, donde arden las montañas del Parque Nacional Luis Quinn, y luego mirar para abajo, hacia la costa de la bahía de Las Calderas, donde están las dunas, las que creíamos protegidas y han resultado vulnerables para los depredadores de los recursos naturales.