Seguiremos clamando en el desierto. Jamás nos rendiremos ni tomaremos descanso hasta que alguien nos escuche. Hace años que venimos exigiendo la atención del Estado para los -hasta hoy- olvidados enfermos mentales que se encuentran deambulando por las calles. Son ellos los que esperan de nosotros, los que se pasean sin rostros, descuidados, marginados y maltratados por una sociedad hipócrita, indolente e inhumana, que predica ser cristiana cuando voltea la mirada ante la presencia de quienes esperan con urgencia la mano compasiva de los ciudadanos.
Y como los enfermos mentales no pueden ejercer el derecho al sufragio, como no cuentan para elegir funcionarios, porque están deshabilitados para cumplir sus deberes y derechos ciudadanos, no reciben la atención del Estado.
Obviamente, nosotros hablamos por ellos, decidimos defenderlos y elevar a los cuatro vientos el clamor esperanzador para que desde arriba, los funcionarios públicos y el sector privado los reconozcan como seres humanos, iguales ante Dios, con el legítimo derecho de ser atendidos, cuidados y protegidos en centros de salud especializados para enfermos mentales.
Es desde esa realidad que valoramos la propuesta presentada por la destacada activista social y regidora del municipio, Estefany Martínez, quien puso en manos del Concejo Edilicio un anteproyecto de resolución que busca integrar a los ciudadanos en la lucha emprendida por los medios de comunicación del Grupo Ortíz Ruíz, para enfrentar en unidad las diversas problemáticas que sufren los enfermos mentales.
La propuesta de la regidora Martínez recoge las inquietudes relativas al tema para ser ventiladas en la Sala Capitular, entendiendo que es un problema de preocupación colectiva, tanto para las autoridades municipales como para la ciudadanía. De ahí que resulta interesante la propuesta de declaratoria con carácter de urgencia hasta la conformación de una mesa interinstitucional que permita la realización de una campaña de prevención, así como también, la donación de terrenos por parte del ayuntamiento para la construcción del referido centro.
Sentir que contamos con una propuesta, que hay regidores con calidad humana y sensibilidad social, nos anima a pensar que habrá un mejor mañana para los enfermos mentales que están en las calles sin importar las condiciones del clima, viviendo entre las inmundicias, corriendo peligros y expuestos a morir sin recibir la más mínima compasión.
Mientras tanto, es oportuno seguir adelante, tocando las puertas de los despachos de las autoridades al servicio del Estado, y más aún, tocando la conciencia de los ciudadanos, para que miren con generosidad a esos enfermos que requieren de atención especializada. Ojalá que la propuesta de Estefany Martínez sea escuchada y aprobada, para que por fin se construya el centro de salud mental que haga posible el milagro de reinsertarlos completamente sanos a la sociedad.