OJALÁ Y FUERAN MÁS…

Nadie tiene derecho a atentar contra la vida humana. Vivimos bajo un estado de derecho que responde al precepto constitucional de la inviolabilidad de la vida. Resulta inaceptable que individuos llenos de odio y sed de venganza den riendas sueltas a sus bajos instintos, rociando con el llamado “Ácido del Diablo” a mujeres cuyo único pecado ha sido tratar de alejarse de sus verdugos.

Desde hace años venimos conociendo casos escalofriantes donde las víctimas son desfiguradas de tal forma que jamás vuelven a recuperarse de las heridas y traumas psicológicos que quedan como secuela de la atroz embestida de bestias asesinas, que en la mayoría de las veces reciben sentencias benignas de parte de jueces que supuestamente están para impartir justicia.

Es desde ese punto de vista que recibimos de forma tímida el anuncio hecho por la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, en el sentido de que acaba de instruir a todos los fiscales del país para que en caso de agresión a personas con sustancias corrosivas, tales como ácido del diablo, otorguen la calificación jurídica de “acto de tortura o barbarie” por ese delito, y solicitar la pena máxima contra los autores.

En verdad un hecho de esa magnitud debe ser tratado con severidad. Sin embargo, es importante tocar las fibras de la sociedad para cambiar la mentalidad machista y agresiva de individuos carentes de conciencia social que miran a la mujer como un objeto o posesión sujeta a su voluntad. Hay que iniciar una campaña de sensibilización para desmontar una acción salvaje e inhumana, comenzando por alejar de las personas la posibilidad de adquirir esas sustancias en establecimientos comerciales.

Ahora se instruye que, al presentar acusación en los casos de agresión a una persona con la referida sustancia, se le otorgue la pena máxima, consagrada en el Código Penal Dominicano, que establece treinta años de prisión, así como también en los casos de tortura o agresión contra niños o adolescentes, personas vulnerables debido a su edad, a una enfermedad, invalidez, deficiencia o discapacidad física o mental, o por un estado de gravidez conocido por el autor del delito. Desde nuestra óptica, sin ningún tipo de prejuicio, el uso del llamado ácido del diablo debe ser considerado como un acto de terrorismo, y como tal se debería sentenciar.

Y como somos un pueblo cristiano, donde hemos superado la Ley del Talión, no podemos abogar por “el ojo por ojo y diente por diente”, aunque en este caso sería lo más conveniente para que los agresores reciban el mismo castigo que ocasionan a sus víctimas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Archive Calendar
Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930  
Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp

Noticias populares:

INESPRE no abre sus puertas este miércoles

𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚, 𝐑.𝐃. 𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐦𝐢𝐞́𝐫𝐜𝐨𝐥𝐞𝐬 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐳𝐨́ 𝐞𝐥 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥 𝐦𝐞𝐫𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐑𝐄 𝐞𝐧 𝐁𝐚𝐧𝐢́, 𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐮𝐞 𝐚𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐟𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐧𝐚𝐯𝐢𝐝𝐞𝐧̃𝐚.

Leer más »

Crece preocupación ante constantes violaciones a Las Dunas de Las Calderas

𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚, 𝐑.𝐃. 𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐲 𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐫𝐞𝐜𝐥𝐚𝐦𝐚𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐌𝐞𝐝𝐢𝐨 𝐀𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐬 𝐚𝐠𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧 𝐚 𝐜𝐚𝐛𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐃𝐮𝐧𝐚𝐬

Leer más »

Anuncian XXVIII congreso Hispanoamericano de prensa

𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚, 𝐑.𝐃. 𝐋𝐚 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐒𝐢𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚𝐭𝐨 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐓𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐏𝐫𝐞𝐧𝐬𝐚 𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚𝐥 𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐨́ 𝐚𝐥 𝐚́𝐫𝐞𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐢𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐞𝐥

Leer más »