Por: Manuel G. Mejía
Baní, prov. Peravia.- El viejo cementerio municipal, tenido como una reliquia histórica, por las figuras políticas y militares que se encuentran sepultadas en este, ahora está contando como nuevos ocupantes o inquilinos.
En esta ocasión los nuevos que han llegado a nuestro cementerio viejo, ubicado en la calle Beller, al lado del play de softball Cucurucho de Peravia y la parte norte de sector Santa Elena, no son difuntos.
Se trata de seres humanos vivos que han tomado las capillas más llamativas, como hogar.
Unas siete personas vivas urbanizan nuestro cementerio, pues en las capillas, que son sus casas, tienen sus respectivas camas, y sus demás ajuares.
El antiguo “campo santo”, emboscado y abandonado, cuenta con seres humanos que lo habitan, haciéndole compañía a los fieles difuntos que al parecer, el tiempo ha hecho esfumar a sus parientes y seres queridos.
Las siete personas que residen en el viejo cementerio tomando las capillas como hogares, alegan que “al no tener donde vivir, ni contar con ninguna familia, han llegado allí para hacerles compañía a los difuntos que los protegen de cualquier maleficio”.
De su parte, el señor Moreno Jiménez, quien reside en una de las capillas, narra a Peravia Noticias que reside en este lugar por ser una persona muy pobre, sin familia y sin trabajo y que aspira a que lo tomen en cuenta con la entrega de alguna vivienda.