UN MAL QUE DEBEMOS CURAR…
Los flagelos sociales cuando se desbordan y carecen de controles normativos para su persecución, se constituyen en un aliciente para los delincuentes, llegando al cuestionamiento de los ciudadanos sobre las debilidades de las políticas de seguridad ciudadana que debe impulsar el Estado. Ese ha sido el discurrir cotidiano del pueblo